El Primer Ensanche es la primera ampliación significativa de la ciudad que rompe las murallas a finales del s. XIX y comienzos del s. XX.
Sin comparación posible con los grandes conjuntos de edificios de esa época, como por ejemplo el modernismo, Gaudí, etc., en una Barcelona, sí que responden a las corrientes arquitectónicas españolas y europeas de la época. Y tienen cosas interesantes que contemplar en los edificios todavía conservados.
Una visita cómoda y oportuna, por su ubicación. Es una zona de paso casi obligado para el turista, a medio camino entre el Casco histórico, y el “eje verde” de los Parques de Taconera y la Ciudadela. Aunque podemos encontrar elementos de sus estilos arquitectónicos en otros puntos de la ciudad, abundan más en el ensanche de nuevo cuño desarrollado dentro de la antigua extensión amurallada a finales del s. XIX.
Un cinturón defensivo que apretaba demasiado
El problema de Pamplona, como plaza fuerte fronteriza y amurallada, era que las necesidades militares primaban sobre la de espacio para edificar. Las ordenanzas militares no permitían, por razones defensivas, construir cerca de las murallas.
Ello supuso que el agotamiento y sobreexplotación del espacio físico edificable, y el apiñamiento de una ciudad en crecimiento. Hacia 1900, la población de la ciudad rondaba los 29.000 habitantes. Finalmente, la situación cambió lo suficiente como para permitir que se abriera la mano para edificar en ciertas zonas. El inicio del derribo del cinturón de jurallas en 1915 se vivió como una fiesta.
El Primer Ensanche
El terreno elegido, en los años finales del s. XIX y comienzos del s. XX, fue una franja paralela al espacio abierto y arbolado que hoy en día ocupan Paseo de Sarasate, calle Ciudadela y paseo de Arazuri.
Entre lo conservado, podemos destacar los edificios de:
Edificio de la Cámara de Comercio
En la esquina de las calles General Chinchilla y Navas de Tolosas. Obra de Florencio Ansoleaga (1891), diseñado como vivienda particuar de una familia acomodada, fue luego colegio, y hoy en día alberga la Cámara de Comercio.
Edificio del Tesoro
Situado en la c/General Chinchilla, 6. Actualmente conservatorio de música. Diseñado por Martínez de Ubago en 1900. Quizás la mejor obra de Art Nouveau de la ciudad, tanto por su exterior como, por ejemplo, por el portal de acceso. Hace pocos años se restituyó la cúpula neobizantina que remataba su tejado.
Edificio del Tesoro, en la actualidad Conservatorio de Música.
Edificio de la Mancomunidad de Aguas
En la c/General Chinchilla, 7. Terminado en 1899, según proyecto de Ángel Goicoechea. Dentro de las construcciones modernistas de la ciudad, sigue una estética neomudejar.
Edificio de Viviendas de la calle Alonso, 4
En 1897 contaba con una planta, que Martínez de Ubago elevó a tres más en 1902. Destaca su cromatismo, la combinación de materiales y técnicas, y su sentido escultórico. La mejor fachada del modernismo pamplonés, bien rehabilitada..
Antiguo Gobierno Militar
En la c/General Chinchilla, 10. De 1915, es un edificio eclecticista con ciertos detalles de Art Nouveau. Bastante reformado.
Monumento a Francisco Navarro Villoslada
Emplazado en una rotonda de la c/Navas de Tolosa, está dedicado al escritor Navarro Villoslada. Fue erigido en su centenario, en 1918. Es obra del escultor Collaut Valero, bajo diseño del arquitecto Muguruza. En origen estaba vinculado al Parque del Bosquecillo, con un estanque cercano, ya desaparecido.
El otro conjunto de edificios reseñables se concentra cerca de la Plaza del Castillo.
Monumento a los Fueros
Ubicado frente al Palacio de Navarra, en un extremo del arbolado Paseo de Sarasate, (uno de los centros neurálgicos tradicionales de la ciudad). Levantado en 1903 por suscripción popular en defensa del régimen foral navarro frente a las pretensiones antiforales del ministro de hacienda Gamazo. Paralelizable con otros monumentos verticales similares, como el de Colón en Barcelona.
Este monumento de 23 m de altura combina, en pisos sucesivos, escudos de los pueblos que componían las antiguas Cortes del Reino, y esculturas sobre el Trabajo, la Paz, la Justicia, la Autonomía y la Historia. En su parte superior, una matrona de bronce, que simboliza Navarra, sujeta en sus manos las cadenas del escudo y la Ley Foral.
Palacio de Navarra
Es la actual sede del Gobierno de Navarra.
Erigido entre el Paseo de Sarasate, la Avenida de Carlos III, y la Plaza del Castillo. Ocupa el solar en el que un día se irguió el inconcluso Castillo de Fernando el Católico, en el s. XVI. El palacio original, de corte neoclásico, fue construido entre 1843 y 1847, siguiendo planos de José de Nagusía. La fachada de la avenida Carlos III corresponde a la ampliación de 1931-1934, obra del arquitecto Yárnoz. En ocasiones señaladas, el palacio es visitable. Destacan: el isabelino Salón del Trono, de 1865, con reseñables pinturas históricas; el retablo de la Capilla; obras de Goya, Madrazo y Gustavo de Maeztu, etc.
Antiguo Archivo General de Navarra
En la c/San Ignacio, junto al Palacio de Navarra. Hoy en día vacío, fue diseñado en 1896 por Florencio Ansoleaga. Es un ejemplo de clasicismo academicista, con un eclecticismo de fuerte influencia palacial renacentista.
Teatro Gayarre
En la Avenida de Carlos III, en la actualidad frente al Palacio de Navarra. Inaugurado como Teatro Principal en 1839, en origen cerraba la Plaza del Castillo. Su nombre actual data de 1903. Fue trasladado en 1931 a su ubicación actual, el solar de la antigua plaza de toros. Se preservó sobre todo la fachada original, obra de José de Nagusía de 1843 de tipo clasicista con influencia francesa. El resto lo rehizo Javier Yárnoz.
Palacio del Parlamento de Navarra
En el inicio de la c/Navas de Tolosa, cierra visualmente el Paseo de Sarasate. Erigido expresamente como Audiencia en 1892 según diseño de Julián Arteaga. La reciente reforma para su uso actual preservó sólo el exterior. El exterior alterna la piedra y el ladrillo rojo. En su frontis conserva una escultura que representa la Justicia. Combina el eclecticismo de los frontis secundarios con el clasicismo del cuerpo principal.
Aunque rodeados de construcciones más recientes, sigue habiendo un interesante grupo de edificios cuyo exterior bien vale una visita, mientras paseamos del Casco viejo a la Ciudadela. Esperemos que sigan ahí mucho tiempo.