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16 marzo 2022 3 16 /03 /marzo /2022 11:24
Representación de equino de la nueva galería decorada de Alkerdi 2

Representación de equino de la nueva galería decorada de Alkerdi 2

En 2020, la investigación en la cueva de Alkerdi II permitió localizar un nuevo sector de arte parietal paleolítico (Gravetiense), de indudable interés, del que hemos empezado a conocer detalles desde finales de 2021.

Historia de las investigaciones

Las cuevas de Alkerdi-Berroberría son conocidas desde 1930, tras los descubrimientos de Norbert Casteret. Han sido excavadas en distintos momentos desde entonces. Entre ellas, Alkerdi 2 siempre tuvo un papel muy secundario. Todavía en 2010, Barandiarán y Cava citaban a Alkerdi 2 como una cueva en galería ubicada justo encima de la de Alkerdi, con un depósito funerario quizás del Calcolítico.

El 2015 se localizan más representaciones parietales en Alkerdi, un galería con figuras de bisontes. Se crea un equipo de estudio del complejo kárstico de la zona, que en 2016 da como resultado el hallazgo de arte rupestre y galerías (con zonas con paleosuelo paleolítico), en la cueva de Alkerdi 2. En julio de 2020 se localizó otra galería con grabados y trazos pintados en rojo.

Localización

Alkerdi II forma parte del complejo kárstico Alkerdi – Zelaieta, ubicado entre los barrios de Alkerdi y Leorlas en el municipio de Urdax. Un complejo formado por la filtración de las aguas que drenan el margen derecho de la cuenca alta del Olabidea-Urdazuri, sobre todo las llegadas desde el monte Arleun. Frente a este monte, y al fondo de este desnivel, se localiza el frente S de un afloramiento rocoso que alberga las cavidades de este sistema kárstico.

Contexto arqueológico

Los nuevos descubrimientos en Alkerdi II corresponden a representaciones parietales paleolíticas. Próximas entre sí, las evidencias de esa época en este complejo kárstico se circunscriben al abrigo de Berroberría, y las cuevas de Alkerdi I y II.

En el abrigo de Berroberría, las excavaciones muestran su ocupación en diferentes momentos del Paleolítico Superior. Una ocupación relativamente intensa en el Magdaleniense antiguo (inferior y/o medio). Y una ocupación prácticamente continuada desde la fase final del Pal. Superior (Magdaleniense avanzado o superior, y Magdaleniense final) hasta el Epipaleolítico/ Mesolítico.

En Alkerdi I, las excavaciones de Barandiarán y Cava identificaron una estancia, más o menos puntual o breve en el Gravetiense, con una cronología cercana al 26.000 BP.

El Alkerdi II, a falta de una excavación, se conocen dos puntos con evidencias, materiales. Uno en un cono de derrubios cercano a la entrada. Y otro en la zona del sector decorado B, en un piso inferior más al fondo de la cavidad, en el que se han encontrado una concentración de carbones, un hogar con huesos quemados y restos de talla, y media docena de sílex dispersos

El arte parietal de Alkerdi II, y los nuevos descubrimientos de 2020

Según los últimos estudios publicados en 2020, se conocían cuatro sectores decorados con arte parietal paleolítico. Los sectores A y B, ubicados contiguos al fondo de la cavidad (respecto a la entrada actual); y los sectores C y D, situados en sendos desarrollos laterales apartados de la zona de tránsito. En un total de unos diez paneles decorados, las representaciones conocidas hasta entones correspondían a figuraciones animales grabadas (destaca un panel con cinco bisontes), de équidos y bisontes; y a signos pintados en rojo o negro, como puntos agrupados o no, un triángulo, una parrilla.

La datación de una muestra de carbón tomada de una representación, y de un resto carbonoso a sus pies, indican una cronología ante quem en torno al 27.000 BP.

A finales de 2021 se dio a conocer el descubrimiento en julio de 2020, en un entramado de galerías dos pisos por debajo de la entrada actual de Alkerdi 2, de un quinto sector decorado. Ubicado en una galería de difícil acceso a la que se llega tras superar pasos complicados y una gatera muy estrecha. Allí se descubrieron otra docena de figuraciones grabadas: dos vulvas situadas justo después de la gatera, y una zona concentración de representaciones de animales (bisontes, uros, caballos). También encontraron cinco series de líneas dobles pintadas en rojo. Con un estilo en los grabados, para Olivia Rivero, un poco expresionista, que las aproxima a ejemplos de arte parietal francés. Como en el resto de la cavidad, su cronología ha sido relacionada con el Gravetiense, con una antigüedad cercana a los 27.000 años.

Este descubrimiento, que enriquece aún más el patrimonio cultural de la cueva, subraya la importancia de esta zona para el conocimiento del poblamiento paleolítico navarro y su conexión con el otro lado del Pirineo. Y muestra un poco más su expresión artística en cavidades, algo todavía muy poco conocido en una comunidad como Navarra, muy rica sin embargo en fenómenos kársticos y cavidades. Esperemos que lleguen nuevos hallazgos.

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25 octubre 2016 2 25 /10 /octubre /2016 10:47

Las cuevas de ALKERDI y BERROBERRÍA son conocidas para la arqueología desde 1930. Durante muchos años sólo se investigó en el yacimiento de BERROBERRÍA, y el arte rupestre localizado en ALKERDI por Casteret en esa fecha (con alguna figura más identificada por I. Barandiarán en los años setenta). En 2014 se localizó en Alkerdi un nuevo conjunto de grabados en otra de sus galerías, en un momento conflictivo por la polémica que rodeaba a la actividad de la cantera cercana y sus consecuencias para la supervivencia de las cavidades. El Gobierno de Navarra encargó al equipo responsable de los nuevos hallazgos el estudio del complejo kárstico de la zona. De momento, ha dado como resultado el hallazgo en 2016 y 2020 de arte rupestre y galerías que conservan zonas con paleosuelo paleolítico, en la cueva de Alkerdi 2.

Historia de las investigaciones

Las cuevas de Alkerdi-Berroberría son conocidas desde 1930, tras los descubrimientos de N. Casteret. Pero Alkerdi 2 siempre tuvo un papel muy secundario. En 1940, el marqués de Loriana, que había visitado las cuevas y realizado excavaciones, la describe como una pequeña galería donde “había fragmentos descuartizados de cerámica y algunos dientes de cérvido”. La cueva fue prospectada por G. Imbuluzqueta hacia 1969. Ignacio Barandiarán y Ana Cava lo hicieron también en 1979, y sólo encontraron un nivel de ocupación con cuentas en concha de Pecten, algún fragmento cerámica, y varios huesos humanos, que atribuyeron en conjunto al uso de la cavidad como depósito funerario del Calcolítico. Todavía en 2010, ambos autores citaban a Alkerdi 2 como una cueva en galería ubicada justo encima de Alkerdi, que contaba con un depósito funerario quizás del Calcolítico.

El 2015, un equipo de investigadores encabezado por Diego Gárate publican el hallazgo de más representaciones parietales el Alkerdi. Ante las posibles consecuencias de la actividad de la cantera cercana, que pretendía ampliar e intensificar la explotación, el Gobierno de Navarra encargó al equipo responsable de los nuevos hallazgos el estudio del complejo kárstico de la zona, que ha dado como resultado, por el momento, el hallazgo en 2016 de arte rupestre y galerías que conservan zonas con paleosuelo paleolítico, en la cueva de Alkerdi 2.

En julio de 2020, en un entramado de galerías dos pisos por debajo de la entrada actual, se identificaron una docena de figuraciones  grabadas (bisontes, uros, caballos, dos vulvas), y (al menos) cinco series de lines dobles pintadas en rojo. Con un estilo en los grabados, para Olivia Rivero, un poco expresionista, que las aproxima a ejemplos de arte parietal francés. Su cronología ha sido relacionada con el Gravetiense, con un antigüedad cercana a alos 27.000 años.

La cueva

Forma parte del complejo kárstico Alkerdi – Zelaieta, creado por la filtración de las aguas que drenan el margen derecho de la cuenca alta del Olabidea-Urdazuri, sobre todo las provenientes de las pronunciadas pendientes del monte Arleun. Frente y al fondo de este desnivel se ubica el frente S del afloramiento rocoso que alberga este sistema kárstico, entre los barrios de Alkerdi y Leorlas del municipio de Urdax. Las pendientes encauzaron hacia allí abundantes precipitaciones, cuya infiltración generó el complejo kárstico. El acceso actual a la cueva se realiza en este frente S, a una cota más alta que las otras dos cavidades con evidencias del Pal. Superior (ALKERDI, y el abrigo de BERROBERRÍA). Todas ellas, junto a las de Zelaieta en la otra vertiente, forman parte del gran complejo kárstico.

El arte parietal de Alkerdi 2

Por lo conocido hasta la fecha, a falta de la futura publicación científica del conjunto de Alkerdi 2 que lo fundamente y argumente, se han localizado evidencias de arte paleolítico repartidas en cinco sectores distintos, que los investigadores asocian estilísticamente al Gravetiense a partir de un bisonte grabado (hace 28.000 -20.000 años BP). Una muestra de carbón extraída de una de las líneas negras pintadas en la pared, ha sido datada por C14-AMS en el Laboratorio de la Universidad de Oxford (Reino Unido) en una fecha mínima de 20.500 años BP. Lo que podría relacionarse con el asentamiento temporal del Gravetiense en la cueva de Alkerdi.

Se ha descubierto un paleosuelo en la denominada Galería del Sílex, situado al pie de las pinturas. Se trata de abundantes evidencias de industria lítica piezas de sílex, restos de carbones, fragmentos de hueso y hogares en el suelo. Los descubridores creen encontrar una conexión entre el paleosuelo y el momento de la ejecución de las representaciones.

Las representaciones encontradas combinan las figuras animales (básicamente grabados de bisontes y equinos, y 4 pinturas negras que simulan cérvicodorsales de cuadrúpedos), con puntos y signos pintados en rojo o negro (excepto dos vulvas grabadas en el inicio del sector 5). En conjunto, la investigación vincula formalmente de momento este arte parietal con el Gravetiense, con posibles conexiones estilísticas con el Pirineo francés. 

Una cueva abierta a futuros descubrimientos

La cueva está en estudio. Hay muchas incógnitas abiertas, que los investigadores tratarán de ir comprendiendo en los trabajos que se realizan o se realizarán. Es bastante probable que la revisión de su desarrollo lleve al descubrimiento de más figuras parietales. Al mismo tiempo, la prospección espeleológica y arqueológica de zonas inexploradas de la cueva puede llevar al conocimiento del primitivo acceso de la cavidad. Queda por dilucidar si hay o hubo conexión con las cavidades conocidas del frente N (Zelaieta), alteradas por la acción de la cantera, Y qué relación tiene Alkerdi 2 con los numerosos accesos exteriores a galerías, todavía por explorar, localizados en 2016 en ese frente N, cerca de las cavidades de Zelaieta.

Alkerdi 2 es ya un gran hallazgo, que enriquece lo que ya se conoce de esta zona. Ahora que parece desaparecer la inquietud por lo relacionado con la cantera, queda la ilusión por un futuro en el que es bastante probable que la cueva aporte nuevos descubrimientos.

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25 octubre 2016 2 25 /10 /octubre /2016 10:21

En la cueva de Alkerdi, cuyos grabados son conocidos desde 1930, se descubrió en 2014 una nueva galería con grabados. Ante las previsibles consecuencias de la actividad de la cantera cercana, que explotaba el macizo rocoso que alberga Alkerdi , Alkerdi 2 y Berroberría (y otras cavidades con interés arqueológico, como  Zelaieta I y II), el Gobierno de Navarra encargó al equipo responsable de los hallazgos de 2014, el estudio del complejo kárstico de la zona, que ha dado como resultado, por el momento, el hallazgo en 2016 y 2020 de arte rupestre y galerías que conservan zonas con paleosuelo paleolítico, en la cueva de Alkerdi 2.

Realizaremos en este artículo una visión de conjunto del contexto geográfico y cultural y el uso de estas cavidades en la Prehistoria (BERROBERRÍA , ALKERDI, ALKERDI 2, y Zelaieta), y las novedades sobre arte parietal del Paleolítico Superior en Alkerdi y Alkerdi II.

Un emplazamiento privilegiado

Las cavidades se localizan en Urdax, una localidad ubicada al N del valle de Baztán. Situado en el extremo occidental de los Pirineos, este valle no responde sin embargo a los rasgos típicos de un valle pirenaico en altura. Básicamente, se define en lo estructural como una cubeta o depresión, a 150-200 msnm, bordeada por dos viejos macizos. La cubeta presenta un desnivel relativo considerable, de cerca de mil metros respecto a las montañas que la rodean (con algún caso de glaciarismo cuaternario en dos de estos montes, el Autza y el Sayoa). La zona posee un clima de tipo templado-atlántico, suave, de abundantes precipitaciones (un promedio de 1.400-2.200 mm de precipitaciones, caídas en 160-190 días). La vegetación natural en el Holoceno es de tipo atlántico, con hayedos en las montañas, robledades en las partes bajas, castañares en las intermedias, y otras especies como fresnos y avellanos.

En realidad, los municipios de Urdax y el vecino de Zugarramurdi, con desniveles marcados a su espalda respecto al resto del valle, se sitúan en el piedemonte de la vertiente N del valle, en la cabecera del río La Nivelle/Ugarana. Responden más a la orografía y climatología de esta vertiente, a las tierras que se extienden curso abajo del Nivelle, hacia la costa atlántica.

Historia de los descubrimientos

La cueva de Alkerdi fue descubierta por el espeleólogo francés N. Casteret en 1930, durante una visita a varias cuevas de los municipios de Zugarramurdi y Urdax. Presenta los datos de manera breve en 1933. En 1935, J. C. Baroja realiza calcos de los grabados por encargo de J. M. Barandiarán, quien ese mismo año señala la existencia del yacimiento arqueológico de la cavidad. En 1939 Casteret visita de nuevo la cueva con el marqués de Loriana, quien se limita a realizar nuevos calcos de algunas de las figuras del sector izquierdo, y excava una trinchera delante del sondeo de Casteret en Berroberría, publicando sus estudios en solitario (1940).

Durante años, el interés arqueológico se centrará en la excavación del abrigo contiguo de Berroberría. En los años cuarenta, por encargo de la I. Príncipe de Viana, S. Ribera Manescau, profesor de la Univ. Valladolid, excava en Berroberría. No publicó datos, ni hay noticias del destino final de los materiales. En los años cincuenta, J. Maluquer de Motes, nombrado director del servicio de excavaciones de la I. Príncipe de Viana, excava en Berroberría entre 1959 y 1965.

I. Barandiarán publicó en 1974 el estudio detallado de los grabados de Alkerdi. Realiza junto a A. Cava distintas campañas de excavación en Berroberría entre 1977 y 1996. En los años ochenta y noventa, ambos excavarán varias veces en Alkerdi (1988, 1993 y 1994).

En 2015, un equipo de investigadores, encabezados por D. Gárate, publicó el estudio de una nueva galería de dicha cavidad, que alberga una veintena de figuras grabadas, mayoritariamente bisontes, con características propias del Magdaleniense medio, especialmente vinculadas a los conjuntos de la vertiente pirenaica.

Ante la proximidad de una cantera en explotación, y su proyecto de ampliación de explotación, el gobierno de navarra encargó al equipo de Gárate el estudio del complejo kárstico de la zona. El resultado más relevante se refiere a Alkerdi 2, en la que se localizaron en 2016 y 2020 cinco sectores de arte rupestre (que adscriben al Gravetiense), así como zonas con paleosuelo paleolítico.

El gran complejo kárstico que alberga las cuevas de Alkerdi/Berroberría

Las cuevas pertenecen a un complejo kárstico hoy en día en estudio, la unidad geológica del sistema Alkerdi – Zelaieta, situado en la vertiente norte de la cordillera pirenaica, al N del valle de Baztán, en la cabecera de una serie de arroyos que drenan el margen derecho de la cuenca alta del Olabidea-Urdazuri, tributario aguas abajo del Nivelle, camino del Atlántico. Está excavado en el afloramiento rocoso de una masa de mármoles, margas, calizas, y areniscas calcáreas, entre los barrios de Alkerdi y Leorlas del municipio de Urdax. La regata de Urtxume, que atraviesa el afloramiento de SW a NE, crea una red interconectada de galerías fósiles y activas con simas y cuevas a diferentes alturas. Las aguas emergen nuevamente en la resurgencia kárstica de Kanbor, para desaparecer a los pocos metros dentro de las calizas de la zona de Ikaburua, horadando una nueva red de galerías. Las aguas vuelven a ver la luz en una resurgencia kárstica, desde la que confluyen hacia el río Olabidea.

En un extremo del relieve calizo que alberga el sistema kárstico, en la zona más afectada por las actividades de las canteras vecinas, se encuentran las cuevas de Zelaieta (I, II), con yacimiento arqueológico conocidos. Loriana publicó en 1940 los resultados de sus prospecciones en el interior de Zelaieta I, y habla de “fragmentos de cerámica tosca roja y negra y con alguna decoración muy sencilla, algunos huesos rotos y dientes de cérvido”. Barandiarán y Cava la exploraron sin resultado en 1979. Recientes investigaciones han localizado en 2016, cerca de las cavidades de Zelaieta, numerosos accesos exteriores a galerías, todavía por explorar.

En el otro extremo se ubican las cavidades con evidencias del Pal. Sup. (ALKERDI y ALKERDI II, y el abrigo de BERROBERRÍA). Sus embocaduras se abren con orientación S en un frente rocoso orientado de cara y al fondo de la pendiente pronunciada de las laderas del monte Arleun. Pendiente que dirigía las precipitaciones hacia la zona de estas cavidades que actuaba como cuenca de recepción. Su infiltración formó el complejo kárstico. En un primer momento, el arroyamiento de las corrientes que bajaban por la pendiente provocaba la reiterada inundación (en varias fases permanente) de la cavidad a cota más baja en este entorno de depresión, el abrigo de Berroberría, con fuerte acumulación de materiales arrastrados. El descenso definitivo del drenado de las precipitaciones a un plano inferior de la red subterránea, y el cambio en el punto en el que drenaban, permitió el uso prolongado de Berroberría como hábitat a partir del Magdaleniense.

Alkerdi/Berroberría durante la Prehistoria

Las cavidades de Alkerdi y Berroberría (a la espera de la certificación del uso de Alkerdi II como hábitat), responden al “ideal” de cavidad habitable que tanto abunda en los hábitats localizados de las comunidades francocantábricas durante el Paleolítico Superior: sitios de altitud baja, en la banda sublitoral que se extendía desde la cornisa cantábrica hasta la llanura aquitana, al pie de cadenas montañosas (en este caso, el extremo occidental de los Pirineos), con fácil conexión con las costa a través de cercanos ríos de corto recorrido que les proporcionaban además recursos piscícolas.

El entorno natural circundante a las cavidades de la zona de Alkerdi permitía un acceso cómodo a numerosos puntos de captación de recursos que ofrecía un espacio con una gran variedad de biotopos, abundante en mamíferos objeto de caza, con acceso a recursos del río cercano (incluido salmónidos), separado de la costa por sólo 15 km.

El uso de las cavidades como hábitat y/o para la plasmación de arte parietal parece diferenciar dos fases. En un primer momento, durante el GRAVETIENSE, usan Alkerdi ( tal vez Alkerdi 2) como hábitat en un asentamiento puntual. Alkerdi 2, todavía en estudio, es una gran cavidad con diferentes niveles, una red intrincada de galerías y gateras, y el arte rupestre repartido en distintas zonas de su desarrollo. En el caso de Alkerdi,  su techo bastante bajo (lo era cada vez más con la sedimentación) y el abundante goteo que provocaba el encostramiento del suelo, no la hacen candidata a su habitación prolongada, pero la vecina Berroberría permanecía inundada, y el entorno territorial tenía muchas ventajas. Como indican en 2008 Barandiarán y Cava, era “un sitio incómodo en un territorio conveniente. En este periodo grabaron y pintaron signos y figuras animales en Alkerdi  y Alkerdi 2.

Con los datos conocidos hasta ahora, hemos de dar un gran salto temporal hasta el  MAGDALENIENSE, cuando las comunidades paleolíticas se decantaron por habitar la opción más obvia, el abrigo de Berroberría, ya seco (aunque con algunas fases temporales de abandono por reinundación). Se trataba de una cavidad de corto desarrollo (que llegaba en algún punto a unos 18 m), pero con una embocadura de unos 23 m de ancho por 4 a 6 m de alto, y un amplio y cómodo espacio de cerca de 200 m2 habitables, bien orientada, con luz natural y agua cercana.

En el Magdaleniense Inferior y/o Medio tiene lugar una ocupación relativamente intensa de Berroberría (14430 +/-290 y 13580+/-140 BP), así como la realización de arte parietal (se identifican dos momentos de plasmación y/o dos manos) en dos de las galerías y un punto del vestíbulo de Alkerdi. Tras un fase de abandono por un nuevo anegamiento de Berroberría (la incomodidad de Alkerdi y las filtraciones del techo la hacían inhabitable) en un periodo climático especialmente lluvioso que cegó o colmató los puntos de evacuación de agua, con la reactivación de estos o la activación de otros Berroberría volvió a ser un espacio seco que fue habitado de manera casi continuada durante el resto del Magdaleniense: Magdaleniense avanzado (superior) (subnivel E inferior), en el último tercio del decimocuarto milenio BP; y Magdaleniense final, en el decimotercer milenio BP (subnivel E superior) y duodécimo milenio BP (subnivel D superior).

Habitación que se prolongó durante el AZILIENSE (subnivel D inferior, a caballo entre el undécimo y el décimo milenio BP). Tras un hiatus de mil quinientos años (probablemente por otro episodio de inundación temporal), de nuevo fue habitada con intensidad durante el MESOLÍTICO antiguo/medio, a lo largo de todo el noveno milenio BC.

Como en otras cavidades, en los momentos finales de la Prehistoria se siguió usando Berroberría, pero con menos intensidad y/o de manera esporádica, posiblemente en la misma época en la que se ha constatado el uso de las de Zelaieta. Está atestiguada la presencia en Berroberría de grupos del NEOLÍTICO (nivel B superior), y de la Prehistoria reciente (nivel A, primera mitad del tercer milenio BC).

Territorio y vecindades en el Paleolítico Superior

Con los datos que se tienen es difícil reconstruir ejes de desplazamiento y delimitar los límites del territorio de subsistencia, del espacio cultural común e intercambios y contactos, en un escenario tan amplio (y sin accidentes orográficos destacados) como el de la gran cuenca del Adour y les Gaves. Faltan los datos de la cercana (el mar está a unos 15 km de Alkerdi) llanura costera (hoy inundada) y su posibles yacimientos. Pero tenemos algunos elementos de juicio para valorar algunas de esas relaciones de aproximación que se han detectado en el espacio franco cantábrico para las comunidades del Pal. Sup., como la similitud formal y tecnológica entre los útiles encontrados, su fabricación y uso, indicios de intercambio y distribución de manufacturas, de iconografías y técnicas gráficas similares, etc.

De los sitios al aire libre y cavidades conocidos con uso en el Paleolítico Superior, en un entorno más cercano encontramos las cuevas de Lezia (Gravetiense, apenas a 3 km de aquí y en el camino hacia/desde Isturitz), Lexotoa I (J.M. de Barandiarán recogió por cata en 1941 útiles de sílex atribuibles al Paleolítico superior), Sorgiñen‐Leze (con cata de prospección de J.M. de Barandiarán en 1935, mats. atribuibles a “facies magdalenienses”), y Uriogaina (arte parietal magdaleniense detectado por J.M. de Barandiarán, y sondeos sin publicar posteriores). A distancias en un radio aprox. de 30 km, en la gran zona abierta a la que se accede desde Alkerdi, prospecciones de C. Chauchat permitieron determinar, en la región de Bayona, dos concentraciones de estaciones al aire libre del Paleolítico Superior, que se han ido confirmando a posteriori. La primera, en la orilla derecha del río Nive (incluyendo por tanto la meseta de Saint-Pierre d'Irube, en la que desde hace mucho se habían recogido evidencias de varias ocupaciones del Paleolítico Medio y Paleolítico superior), parece extenderse hacia el Este, en dirección a Isturitz y sitios pirenaicos. ”. Enlazaría así con las cavidades de Isturitz, Gatzarria, Hareguy, los talleres de utillaje lítico de aire libre de Tercis‐Les Bains, y la cueva du Pape/Brassempouy en Landes. La segunda concentración parece circunscrita al litoral atlántico, en una banda de aprox. 1 km de ancho. En ella encontramos la estación al aire libre de Lestaulan (Gravetiense) en la propia Bayona, la de Chabiague (Solutrense y Auriñaciense) al Sur de Biarritz, y la de la meseta de Bidart (con mats. constatados desde el chatelperroniense al Gravetiense). Entre ambas concentraciones, una zona con menos evidencias, que puede deberse a complicaciones prospectivas (un entorno menos urbanizado con praderíos para pasto), y/o a la ausencia de afloramientos de sílex de calidad. No en vano, la mayoría de sitios de la región de Bayona se localizan próximas a afloraciones de sílex de flysch costero de variedad Bidache. En las cuevas de Alkerdi y Berroberría, el análisis del material lítico sobre el que realizan su tecnología indica un predominio (80%) de este sílex, localizable a unos 30 km hacia el N/NW, lo que reforzaría la idea de contactos e intercambios regionales.

Isturitz, a 30 km de la costa actual y en el piedemonte pirenaico, a 35 km de camino (enlazando rutas junto a cursos fluviales) desde la zona de Alkerdi, es para muchos investigadores el gran “aggregation site” regional que pudo ejercer de eje y punto de intercambio/conexión de todo tipo para las comunidades cercanas.

La cantera de Alkerdi, conflicto entre economía y cultura

Desde 1965 se extrae piedra de una cantera extractiva a cielo abierto, ubicada en el paraje de Alkerdi, en la base del collado Bere Berriko lepoa y flanqueada por la regata Kanboko iturria al norte y Mitxelenborda al sur. A pesar de que se sabía desde los años treinta la existencia de yacimiento paleolítico, de las sucesivas campañas de excavación en Berroberría y Alkerdi, y de la ubicación de la cantera en las proximidades de cuevas y sobre el macizo rocoso en el que se inscribe su sistema kárstico, la actividad extractiva ha continuado hasta nuestros días, afectando especialmente a las cavidades del frente N del macizo, Zelaieta I y II. Responde al ya clásico conflicto entre economía y cultura: se produce un desencuentro entre las resoluciones favorables a la actividad extractiva y los métodos de voladura por parte de los organismos competentes de la administración, y los informes y resoluciones de los técnicos de cultura en una línea diferente, con el habitual “ritmo” de toma de decisiones de la administración. Pero mientras tanto la actividad extractiva y las voladuras perduran y el patrimonio se ve afectado.

En este caso, la publicación en junio de 2015 de nuevos hallazgos de arte parietal en Alkerdi, supone un cambio de tendencia que parece definitivo. Por encargo de la Dirección General de Cultura, un equipo multidisciplinar de arqueólogos, espeleólogos y geólogos, (bajo la dirección de la Sociedad de Ciencias Aranzadi), ha revisado el gran complejo kárstico, lo que ha supuesto el descubrimiento en 2016 y 2020 de arte parietal y otras evidencias prehistóricas en Alkerdi II. Un hallazgo con la suficiente entidad, que sumado a lo ya conocido ha supuesto la ya casi definitiva paralización de la actividad extractiva, y que supondrá el reforzamiento de la protección legal de los yacimientos.

Conocidos los resultados del estudio de investigación realizado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi sobre la “Caracterización del macizo y sistema kárstico de Alkerdi y de su entorno de protección”, la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana ha procedido a su inscripción en el Registro de Bienes de Patrimonio Cultural de Navarra, como BIC y la categoría de Zona Arqueológica. El tiempo dirá si todo esto se traduce en la adecuada conservación de estos hallazgos, y las novedades que aporta la investigación arqueológica.

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